|
Autobiografía Oculta (II)
In mente
1
Hay mentes que reconocen aquello que
ven; hay lugares que, poco a poco, configuran una realidad cierta y
repentina, sin que nadie se lo espere. Las manos, mientras, trabajan
firmemente en aquello que les corresponde, edificando y edificando
las partes que se integran en una compleja realidad.
2
Tenía una buena historia. Las ideas,
como en un salto trepidante de aguas nuevas en medio de las
montañas, se me representaban una detrás de otra. Pero…aquello fue
justo antes de quedarme dormido por completo, como un infante de
pocos días que cree tener en la boca el pezón del que mama. Ahora,
todo se ha perdido. Al día siguiente, de todos aquellos pensamientos
no quedaba nada: no he sido capaz de recordar nada. Ni tan solo una
frase. Y me pregunto, a pesar de todo, si aquellas ideas que ahora
no recuerdo siguen formando parte de mí, siguen estando ocultas en
algún lugar de mi alma o persona.
3
La partida ya está comenzada, y todos
los elementos que la conformaran ya van actuando sobre mí, para
conseguir el más complejo de los escenarios posibles. No sé cómo
acabaré de resolver la escenificación de todo. Sólo espero que Dios
me permita hacer una buena masa, para poder hacer un buen pan. El
pan de los ángeles, podría ser.
4
Hay lugares que siempre me han sido
familiares, íntimos, y después, con el tiempo, he acabado por
echarlos en falta. Son muchos lugares, de una geografía que cada día
se hace más reducida para mí. Veo pasar más y más gente a mi
alrededor y yo, cada día, me siento más solo. Dejan sus huellas, sus
improntas más o menos perceptibles y yo les contesto con palabras
que no sé nunca de dónde (saldrán) podrán salir. Me quedan, al
menos, las imágenes: son lo que ofrezco, cada día, también.
5
Hay tantas formas de vivir como
hombres y vidas y posibilidades de combinar los hombres y las vidas.
Y, aún, los lugares y los días y los años y los siglos. Y eso,
multiplicándose casi hasta el infinito. También existe la
posibilidad de vivir de espaldas: es la forma de vida más extraña.
Pero, probablemente, no lo es para un devoto de la duda y la
contradicción.
6
Me doy cuenta, a medida que pasan los
días, de la existencia del tiempo perdido. Con una simple
observación, se nos presenta todo un universo sin opción a la
experimentación. No hay ningún metal ni ninguna piedra más valiosa
que aquella materia incorpórea de duración indeterminada. ¿Podrá
definirse así el tiempo? A veces parece que el tiempo se ha parado.
Y no es así. El tiempo pasa y pasa y nunca se para; y pasa a
velocidades vertiginosas, si uno se da cuenta de ellas. Sólo pido el
valor suficiente para poder concluir de forma afortunada lo que ya
ha comenzado.
SCONCA |
|