quién soy qué hago qué dicen expongo en donde estoy
 

 

   

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Autobiografia II
Román de la Calle
Vicent J. Escartí
Juan Bta. Peiró
 
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Autobiografía Oculta (II)

In mente

1

Hay mentes que reconocen aquello que ven; hay lugares que, poco a poco, configuran una realidad cierta y repentina, sin que nadie se lo espere. Las manos, mientras, trabajan firmemente en aquello que les corresponde, edificando y edificando las partes que se integran en una compleja realidad.

2

Tenía una buena historia. Las ideas, como en un salto trepidante de aguas nuevas en medio de las montañas, se me representaban una detrás de otra. Pero…aquello fue justo antes de quedarme dormido por completo, como un infante de pocos días que cree tener en la boca el pezón del que mama. Ahora, todo se ha perdido. Al día siguiente, de todos aquellos pensamientos no quedaba nada: no he sido capaz de recordar nada. Ni tan solo una frase. Y me pregunto, a pesar de todo, si aquellas ideas que ahora no recuerdo siguen formando parte de mí, siguen estando ocultas en algún lugar de mi alma o persona.

3

La partida ya está comenzada, y todos los elementos que la conformaran ya van actuando sobre mí, para conseguir el más complejo de los escenarios posibles. No sé cómo acabaré de resolver la escenificación de todo. Sólo espero que Dios me permita hacer una buena masa, para poder hacer un buen pan. El pan de los ángeles, podría ser.

4

Hay lugares que siempre me han sido familiares, íntimos, y después, con el tiempo, he acabado por echarlos en falta. Son muchos lugares, de una geografía que cada día se hace más reducida para mí. Veo pasar más y más gente a mi alrededor y yo, cada día, me siento más solo. Dejan sus huellas, sus improntas más o menos perceptibles y yo les contesto con palabras que no sé nunca de dónde (saldrán) podrán salir. Me quedan, al menos, las imágenes: son lo que ofrezco, cada día, también.
 

5

Hay tantas formas de vivir como hombres y vidas y posibilidades de combinar los hombres y las vidas. Y, aún, los lugares y los días y los años y los siglos. Y eso, multiplicándose casi hasta el infinito. También existe la posibilidad de vivir de espaldas: es la forma de vida más extraña. Pero, probablemente, no lo es para un devoto de la duda y la contradicción.
 

6

Me doy cuenta, a medida que pasan los días, de la existencia del tiempo perdido. Con una simple observación, se nos presenta todo un universo sin opción a la experimentación. No hay ningún metal ni ninguna piedra más valiosa que aquella materia incorpórea de duración indeterminada. ¿Podrá definirse así el tiempo? A veces parece que el tiempo se ha parado. Y no es así. El tiempo pasa y pasa y nunca se para; y pasa a velocidades vertiginosas, si uno se da cuenta de ellas. Sólo pido el valor suficiente para poder concluir de forma afortunada lo que ya ha comenzado.
 

SCONCA